La carrera popular por la Senda de los Frailes, en mi opinión, ha sido un autentico éxito.
Desde primeras horas de la mañana del sábado se veía venir. Un día esplendido, la gente (socios y no socios) acudiendo a la peña de los Modorros a ver si se podía echar una mano, unos fueron a marcar la ruta y a designar donde y quien se pondría en cada lugar para guiar a los corredores y que no hubiera despistes, otros, en la peña, haciendo bollos para repartirlos después de terminada la carrera, inscribiendo a los primeros corredores, preparando la salida, la zona de meta en el campo de fútbol, y otros muchos pequeños detalles. Poco a poco llego la hora de la salida, cada cual en su puesto, todo bien organizado. Yo estuve en la zona del Convento y por allí el primer corredor en llegar tardó solamente veinte minutos, detrás de él, a escasos metros pasó Miguel Ángel, y tras ellos un goteo incesante de corredores, merece la pena destacar que por allí, en las primeras posiciones también pasó Iván Pinilla que tan solo cuenta con catorce años.
Tras el paso del último corredor por la zona en la que yo estaba procedimos a retirar todas las cintas y demás indicaciones que señalizaban la carrera, montamos en los coches y nos fuimos para Sebúlcor.
Cuando llegue a la zona de meta mi sorpresa fue grandísima,
¡¡ESTABA TODO LLENO DE GENTE!!
Había un ambiente increible, y como he dicho antes muchísima gente, todo estaba amenizado con música de fondo y un comentarista que desde su micrófono entretenía a todos, ¡Ah! tampoco falto un fraile, El Tate, vestido para la ocasión.
Justo en ese momento entraron en meta los últimos corredores, que fueron recibidos con un caluroso aplauso.
Tras unos minutos comenzó la entrega de trofeos, cada corredor o corredora galardonado recibió su medalla, el resto de premios, sus aplausos y su sesión de fotos.
Acto seguido se indico a los asistentes que podían acercarse por la peña de los Modorros para una degustación de productos de la tierra. Se formó una gran cola, pero todo el mundo tuvo su plato con chorizo y lomo de la olla, tortilla de patatas, queso, pan y bebida. Después se repartieron los bollos que se habían hecho por la mañana y poco a poco la zona se fue despejando de gente.
Todos con los que hablé, corredores y no corredores estaban muy satisfechos, les había parecido todo estupendo. Destacaban que correr con las Hoces del Duratón como telón de fondo es algo excepcional y también la buena organización y el buen ambiente que hubo tras la carrera.
¡¡ ENHORABUENA A TODOS !!
Desde primeras horas de la mañana del sábado se veía venir. Un día esplendido, la gente (socios y no socios) acudiendo a la peña de los Modorros a ver si se podía echar una mano, unos fueron a marcar la ruta y a designar donde y quien se pondría en cada lugar para guiar a los corredores y que no hubiera despistes, otros, en la peña, haciendo bollos para repartirlos después de terminada la carrera, inscribiendo a los primeros corredores, preparando la salida, la zona de meta en el campo de fútbol, y otros muchos pequeños detalles. Poco a poco llego la hora de la salida, cada cual en su puesto, todo bien organizado. Yo estuve en la zona del Convento y por allí el primer corredor en llegar tardó solamente veinte minutos, detrás de él, a escasos metros pasó Miguel Ángel, y tras ellos un goteo incesante de corredores, merece la pena destacar que por allí, en las primeras posiciones también pasó Iván Pinilla que tan solo cuenta con catorce años.
Cuando llegue a la zona de meta mi sorpresa fue grandísima,
¡¡ESTABA TODO LLENO DE GENTE!!
Había un ambiente increible, y como he dicho antes muchísima gente, todo estaba amenizado con música de fondo y un comentarista que desde su micrófono entretenía a todos, ¡Ah! tampoco falto un fraile, El Tate, vestido para la ocasión.
Justo en ese momento entraron en meta los últimos corredores, que fueron recibidos con un caluroso aplauso.
Tras unos minutos comenzó la entrega de trofeos, cada corredor o corredora galardonado recibió su medalla, el resto de premios, sus aplausos y su sesión de fotos.
Acto seguido se indico a los asistentes que podían acercarse por la peña de los Modorros para una degustación de productos de la tierra. Se formó una gran cola, pero todo el mundo tuvo su plato con chorizo y lomo de la olla, tortilla de patatas, queso, pan y bebida. Después se repartieron los bollos que se habían hecho por la mañana y poco a poco la zona se fue despejando de gente.
Todos con los que hablé, corredores y no corredores estaban muy satisfechos, les había parecido todo estupendo. Destacaban que correr con las Hoces del Duratón como telón de fondo es algo excepcional y también la buena organización y el buen ambiente que hubo tras la carrera.
¡¡ ENHORABUENA A TODOS !!
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